Se originaron en los 50s dando origen a la revolución fotovoltaica. Compuestos de células que fueron hechas a partir de un solo cristal de silicio puro, son paneles más eficientes (17% al 20%) implican un mejor aprovechamiento del espacio y rinden mejor en condiciones de poca luz. En contrapartida, son ligeramente más caros y suelen rendir menos en condiciones de alta temperatura.